Aceitunas y aceite de oliva
Desde hace algunos años las aceitunas mallorquinas son denominación de origen protegida. Hay tres tipos de aceitunas locales: verdes, verdes partidas y negras. La mayoría de las aceitunas se conservan en la sierra de Tramontana en terrazas delimitadas por muros de piedra seca. Además, deben recolectarse manualmente, lo que contribuye a su exclusividad.
También se ofrece una amplia variedad de aceites de oliva. Con denominación de origen, se distinguen dos tipos de aceite según la época de recolección. El primer tipo de aceite, el frutado, tiene los atributos amargo y picante. En cambio, el segundo tipo, el dulce, se caracteriza por su dulzor y suavidad.
Ejemplos de productores de aceite de oliva de alta calidad: aceite Son Moragues (https://www.sonmoragues.com/), Treuer DodM (https://www.treurer.com/) y Son Naava (https://www.sonnaava.com/).
Vino
Existen más de setenta bodegas en la isla, más de 500 marcas de vino y dos denominaciones de origen propias: Binissalem y Pla i Llevant. La Denominación de Origen Binissalem se fundó en 1990 y está situada en en centro de la isla de Mallorca, con viñedos situados entre 75 y 200 metros sobre el nivel del mar. La Denominación de Origen Pla i Llevant se creó en 1999 y actualmente cuenta con trece bodegas y setenta viticultores inscritos, con un total de 444 hectáreas de viñedo.
Además de las denominaciones de origen mencionadas, los vinos de Mallorca se dividen en tres zonas geográficas diferentes: Vino de la Tierra de Mallorca, Vino de la Tierra Serra de Tramuntana-Costa Nord y Vino de la Tierra Illes Balears. Muchos viticultores solo producen una pequeña cantidad de vino.
Las bodegas más destacables: Macía Batle en Santa María (www.maciabatle.com), bodegas José Luis Ferrer (www.vinosferrer.com) y bodegas Miquel Oliver (www.miqueloliver.com).
Sobrasada y embutidos
La sobrada es un embutido crudo entable que consiste principalmente en grasa de cerdo a la que se añade hasta un 60 % de carne de cerdo, así como grandes cantidades de pimentón en polvo. Existen dos tipos de sobrasada: la sobrasada de Mallorca y la sobrasada de Cerdo Negro, elaborada con la carne del cerdo negro autóctono de Mallorca, que difiere tanto genéticamente como en su alimentación del cerdo doméstico normal. La sobrasada suele comerse untada en pan moreno mallorquín, pero también puede utilizarse en la cocina, por ejemplo, para aromatizar guisos o salsas o incluso en postres. A menudo se sirve con miel.
Otro producto muy popular en la isla es el camaiot, un embutido elaborado con carne de cerdo que se corta en trozos y se condimenta con pimienta pimentón y otras especias. La matanza tradicional del cerdo en Mallorca aprovecha todas las partes del anima. Lo que no sirve para hacer sobrasada y camaiot, como los pulmones, la carne de la cabeza o las carrileras se usan para hacer botifarró, un embutido parecido a la morcilla.
Ensaimada y repostería
El dulce más conocido y tradicional de Mallorca es la ensaimada. Debe su nombre a la manteca de cerdo utilizada, el saïm. Este manjar se retuerce en el sentido de las agujas del reloj formando una espiral de dos o más filas que tiene un brillo dorado y una textura firme y crujiente. Clásicamente, la ensaimada se come solo espolvoreada con azúcar glas. Sin embargo, también puede rellenarse con crema de vainilla, chocolate o cabello de ángel, que es pulpa de calabaza confitada. Las ensaimadas tienen todo tipo de tamaños: desde la pequeña ensaimada individual hasta el pastelito del tamaño de una rueda que suele comprarse para eventos.
Aunque las ensaimadas son la repostería mallorquina más famosa, no son ni mucho menos la única. Mallorca tiene una larga tradición repostera y, sobre todo, en Semana Santa las pastelerías se llenan de delicias. Los robiols son empenadas, cuya masa también se elabora con manteca de cerdo, que se ofrecen con una gran variedad de rellenos: cuajada, crema de vainilla, mermelada de albaricoque, chocolate, etc. Los crespells son galletas elaboradas con una masa similar pero que se comen sin relleno.
Naranjas y otras frutas
La tradición hortofrutícola de Baleares es antigua. Además de cereales y numerosos tipos de hortalizas, aquí se cultivan casi todos los tipos de frutas que también son autóctonas de Europa Central. También, los mallorquines cultivan pomelos, naranjas, limones, granadas y variedades frutales bastante desconocidas en el norte de Europa, como nísperos lanudos, chumberas o caquis. Las naranjas de Mallorca, especialmente las del valle de Sóller, son muy conocidas. Lamentablemente, sin embargo, la producción de naranjas ha disminuido mucho en los últimos años, ya que los naranjeros mallorquines no pueden competir en precio con los grandes productores de Valencia o incluso de Sudáfrica. En 2017 todavía se cultivaban cítricos en una superficie de 1010 ha, 456 ha de naranjas, 389 ha de limones y 105 ha de mandarinas. En 2006, sin embargo, en Sóller se hizo de la necesidad virtud. Para aprovechar la sobrecapacidad de las naranjas, se "inventó" el licor Angel d'Or. El resultado es un licor dulce con 27 grados de alcohol, que se destila a partir de las cáscaras de las naranjas (https://www.fetasoller.com/es/mallorca-shop.php).
Almendras
La importancia del cultivo del almendro en Mallorca queda patente en el hecho de que el 49,7 % de la superficie de frutales está plantada con almendros. La almendra mallorquina tiene características específicas que la distinguen de las almendras de otros orígenes, como ser más dulce y aceitosa. Las almendras se utilizan de muchas formas en la cocina mallorquina, siendo el ejemplo más famoso el gató, un delicioso pastel de almendras elaborado únicamente con almendras molidas, huevos y azúcar, que suele servirse como postre con una bola de helado, ya sea de vainilla o de almendras.